Imágenes Paganas
Nirvana, Luca, Dead Kennedys, Walter Benjamin, La Gioconda, Ca7riel y Paco Amoroso, Whale
19. Imagenes paganas
1
Hubo una época donde la única imagen que teníamos de los músicos que escuchábamos día y noche era una foto. Usé en la secundaria una carpeta forrada de fotos de Sumo que se vendían en negocios de merchandising antes de que la palabra merchandising fuera importada . Cuando digo fotos, digo imágenes en papel fotográfico. Fue todo mi contacto con Luca. Por muy poco no llegué a ver a Sumo en vivo. Prefirió irse con el gin criollo, la ginebra Bols, el Caronte en lancha.
Entre la foto y el show que no se pudo ver, estaban los registros de recitales. Me acuerdo la impresión que me dió ver el VHS grabado de VHS (al infinito) del recital de Sumo en Obras del 86. La foto de Luca con gorra cuadriculada (ska) con tela legionaria que cubre la nuca del sol (emoji de montoncito) y pañuelo Arafat se movía. Luca parecía petiso en movimiento. Pettinato tocaba en un acordeón lo que en el disco sonaba como gaita. Mollo muy concentrado y al resto no se los veía por el humo y por lo pixelado.
No quiero caer en la boludez de que ANTES ERA MEJOR. Pero antes era mejor. Donde hoy hay mil registros, ayer ni siquiera dejaban entrar una cámara a los recitales ¿Qué cambió? Ya no tiene ningún valor la foto. Nadie compraría una foto de un show cuando están por todos lados, multiplicadas. De hecho muchos shows hoy se piensan para la foto. Basta que se active un cotillón, un juego de luces o suba un muñeco al escenario para que todos los celulares se dispongan a registrar el momento único (comillas).
En la bruma del significado, cada momento de hoy es único porque se vive por única vez. Mañana se olvidó. Es reemplazado por el nuevo momento que también es único, una semilla que queda muerta sin ser regada por la evocación.
(en 1992 Marty, que tenía 14 años, pudo engañar a los cacheos de la cancha de Velez, meter una cámara pocket escondida entre sus partes pudendas delanteras y sacar esta foto con el flashito pedorro. La foto marca la distancia que nos separaba de Kurt. Las manos quemadas de luz, que no lo taparon de milagro, parecen que lo acaban de liberar. Es un gesto similar a la tapa del disco de Godspeed. ¡La alegría que nos dió ver que habíamos podido captar algo después de revelar todas las fotos y que la única que no era una mancha oscura era esa! Le pregunté si todavía la tenía y ahora que la veo otra vez después de tantos años, inmediatamente me llegan los recuerdos de ese show que estuvo genial. El hecho de que no toquen el hit y que terminen bien noise para nosotros fue la gloria y esta foto un poco es como haberse llevado una piedra de un altar )
2
Las sorpresas.
Le comento a Javier Castro sobre esta entrega y me dice “Jajaj eso es genial. Siempre les cuento a los jóvenes cuando vi por primera vez una foto de los Hüsker Dü, a quiénes mi imaginación los llevaba al paroxismo de lo violento y sin embargo en la fotos eran dos gorditos, uno medio pelado y otro con un bigote onda Dalí”
A mí me pasó cuando ví por primera vez un video de los Dead Kennedys. En una calidad horrible, Biaffra tenía un parecido físico con Adrian Otero (moviéndose en 8x) y un baterista negro (claro, en los cassettes pirateados no venía nada de info y tampoco van a poner DH Peligro - negro-). La sorpresa se completaba con East Bay Ray, cuyo look nerd tuvo el mismo efecto que me cuenta Javier sobre Bob Mould y amigos.
(Adrian Biaffra Otero, DH Peligro -negro- detrás en 1984)
3
La imagen siempre se asoció con la música. Los flequillos de los Beatles, la boca de Jagger, la cara de pescado asustado de Pete Townshend. En los artistas sin tanta prensa, la imagen más potente eran las tapas de los discos. Los folkloristas, y cantantes melódicos, adelantados a la era de la exposición, casi siempre se ponían a sí mismos en la tapa. Usaban su discografía como una galería de portaretratos (funciona: las canas y arrugas indican discos de la segunda mitad de sus carreras).
En el pop, algunos artistas inteligentes supieron que las tapas de los discos eran tan importantes como el contenido. Joy Division es mi ejemplo favorito (todo Factory, en realidad). Y ahí también hubo sorpresas: cuando pudimos ver a Ian Curtis moverse fue mucho más de lo que esperábamos. El cuerpo epiléptico, la cara perdida, la camisa y el pantalón de ir a pedir trabajo potenciaban la voz.
(el bajo abajo, como se debe usar, la camisa de legacy, la mano epiléptica. Mucha información escondida bajo tapas de discos abstractas)
Entonces, pienso, ¿qué diferencias hay entre escuchar las canciones sin o con muy poca información de la imagen de la banda, donde los sonidos son linkeados a la tapa del disco, y escuchar música con toda la información visual de los videos, las redes y los registros de cada segundo?
En mi humilde opinión, muy pocos artistas empoderan su obra con una sobreabundancia de información. En la gran mayoría, cuanto menos sepamos, mejores discos. Vale para la imagen y también para las redes sociales. No quiero saber que el autor de esa canción tan genial sobre la muerte se queja del precio del tomate o -peor- da su opinión intrascendente sobre un tema de la Agenda del Enojo, que es lo que mueve la guita.
(Pete Townshend)
5.
Una cosa buena de que no funcione bien el algoritmo de Spotify es que cuando se acaba lo que elegimos y empieza a tirar artistas relacionados, entramos en una escucha a ciegas. Es un buen ejercicio para que nuestro gusto decida sin imagen. Me ha pasado de decir “mirá vos, esta canción de este boludo está buena”, y también: “qué es esta garcha??? Ah, claro!”.
6.
Por último, aunque es un tema para volver, está la destrucción del concepto de aura de Walter Benjamin. Seguramente lo escucharon nombrar (algunos de ustedes lo deben enseñar). En “La obra de arte en la época de su reproducibilidad técnica” (dicho sea de paso, gran título para un disco de Kraftwerk), Benjamin dice “En la época de la reproductibilidad técnica, lo que queda dañado de la obra de arte, eso mismo es su aura.”. Es un escrito en 1933 (qué añito, Alemania) sobre teoría del arte (que me atrevería a decir que hoy se puede usar en nuestras vidas personales también).
Dice Walter que el aura es “una trama particular de espacio y tiempo: la aparición irrepetible de una lejanía por cercana que ésta pueda hallarse.”. El ejemplo que me dieron a mí en el CBC era la experiencia de ver a la Gioconda original (sunpongamos que se pueda ver sin vidrio, solos, en un cuarto silencioso). Vemos la pincelada, la materialidad, que conecta directamente con el momento de creación de la obra. Y luego comparemos esa experiencia con ver la Gioconda de la lata de dulce de batata, impresa a las apuradas, sobresaturada de colores, y con los surcos de lata concéntricos.
Claro, después vino Warhol y en vez de llorar por la pérdida del aura, le puso mística a la reproducción técnica. Checoslovaquia 1 Alemania 0.
Pero en estos tiempos postwarholianos, ya volvemos a estar de acuerdo con Benjamin. Ayer veía en mi sillón el “vivo” de Ca7riel y Paco Amoroso en el Lollapalooza. Dos muñecos gigantes atrás, los artistas en una tarima que parecía una carroza de corso pobre, un look pasado de kitsch (hoy lo kitsch es lo verdadero, el siglo 21 es el siglo 20 a la menos uno), los músicos sesionistas escondidos (el foso moderno) y dos pantallas gigantes a los costados. En total, tres imágenes de los artistas en escena: el muñeco, la pantalla y el cuerpo tuneado. ¿Hay aura ahí? ¿En dónde? ¿En los muñecos, en las pantallas, en las caritas puestas a un cameraman que se sube al escenario y es parte del espectáculo?.
La performance está dirigida al registro. No es un recital, es una jornada de generación de contenidos, que es donde se “disfruta” (se goza, vamos a decirlo). Contenido es una palabra horrible pero se acerca más a lo que nombre que “música”. Porque si uno escucha la música con una actitud de “a ver qué onda”, lo que suena es un triste estándar que podría ser creado en cualquier ciudad del mundo occidentalizado. Arte sin octógonos. Música de Dietética.
(la foto es de Ignacio Arnedo para la Rolling Stone, que dice que el show fue “épico”, la escenografía “impactante” y los hits “calientes”. Se pueden ver multiplicados los artistas en muñeco-cuerpo tuneado-celulares y faltan las pantallas al costado. La caja de jabón Brillo volvió a ser una caja de jabón en la góndola nomás)
ONE HIT WONDER DE MI CORAZÓN
El otro día unas sinapsis mohosas se activaron y me encontré cantando en la ducha “I can't help that I think you're really kickin'” . Así que inaugurando esta sección, vaya esta viñeta sobre “Kickin” de Whale.
Whale fue un grupo que duró dos discos. Tuvo un hit entre comillas: "Hobo Humpin' Slobo Babe", otro vagón en el olvidable tren de hip hop entre comillas, guitarras distorsionadas entre comillas y una chica imitando a Perry Farrel antes de que sea CEO del Lollapalooza sin comillas.
Eran suecos. Es un dato importante. La música es una industria pesada ahí.
El disco de Whale cayó en un cassette grabado del Parque directo desde la Fábrica de Cassettes con fotocopia color de Charly (vaya este homenaje).
No me acuerdo de nada del disco pero de Kickin sí. Shiny pop con palmas y un dúo chico chica susurrador. El estribillo era el tema. “No puedo evitarlo pero creo que realmente estás pateando”, dice el translate. El resto de la letra es cualquier cosa.
Sí, quiero dar a luz a tu bebé, bebé.
Yeah I want to give birth to your baby, baby
Grita toda la noche, ejercita nuestra respiración.
Scream all night long, exercise our breathing
Para que lo escuchen en tu acabada.
So they hear it in your cum
Bueh, suecos. Ya los invadirá Putin y veremos si se animan a tanto. Me vengo a enterar ahora, que tenemos más acceso a la información, que eran una banda de actores y VJs. Una ballena que el capitán Ahab cazaría en la página 6.
En fin, cumple perfectamente la norma del ONE HIT WONDER. Solo que parece que no fue tan hit universal (solo 126,000 reproducciones vs los 4 millones de “hobo…” en Spotify). Fue solo un hit en la PinkMoon House. Suficiente para estar acá. Pero es que ese tema está producido por Tricky y es una de las voces que aparecen. Y Tricky en ese momento era sinónimo de calidad.
En resumen, es un lindo hit para cantar fonéticamente en una calle llena de hojas de plátanos, estornudando, con frío amable y sol suave volviendo de la farmacia.
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