16 Un indie de los 90s escucha el nuevo de Bad Bunny
**ADVERTENCIA: en el afán de no ver nada y solo escuchar el disco, resulta que interpreté “tirar” como arrojar a la basura y el sentido del título es “sacar más fotos”. Cosas que pasan, a los fines de este espacio sirve igual, aunque lo que pensé como un gesto contrario a los tiempos resultó ser un gesto aceleracionista **
En otro gesto de valentía pero con genuina curiosidad, decidí escuchar entero el último disco de Bad Bunny y comentarlo en esta tribuna.
Ante todo, no sé nada de Bad Bunny excepto que es de Puelto Lico, que tiene depresión y que evidentemente quiere ser Tego Calderón. Como al Abayalde lo escuché mucho (hace ya casi 20 años, cómo pasa el tiempo) e incluso lo vimos en vivo en un festival hace 15 años con Vicentico cantando canciones para señoras de telonero. Hubo también una estampida por un cordobés que le metió un facazo a un libanés (acá se aburre el que quiere). Una decepción esa actuación, Tego estaba a media máquina ya, sonó como Alcides contratado para un casamiento.
En fin, lo otro que sé de Bad Bunny (lo sé ahora que uní recuerdo con imagen), es que era la voz masculina de ese himno al Edipo llamado “Mayores” de Becky G (el algoritmo la tenga en su gloria).
Fin del contexto. Vamos a adentrarnos en el lanzamiento de Benito Antonio Martínez Ocasio.
Título
DeBÍ TiRAR MáS FOToS
Más allá del problema que tiene con la tecla de caps lock, es un muy buen título. Ya muestra algo que recorre todo su obra y es un problema de su generación: todo el tiempo están diciendo que pueden con todo y después no pueden con nada. Tiró fotos pero debió tirar más. No pudo simplemente formatear el rígido o tirar el celular. Se guardó algunas y esas que se guardó son las que lo hacen sufrir ¿Y qué hace el conejito malo con el sufrimiento? Lo niega, una reacción infantil. Cree de verdad en eso de “foto o no existió”. Sin foto no existe. Spoiler: aunque hubieras tirado todas las fotos, igual ibas a sufrir, conejo. La vida es eso.
El artista del siglo xxi quiere andar sin pensamiento pero se queda atorado en la etapa de sufrir.
Tapa (jpg)
Supongo que no existen en físico estos discos. O si existen es una edición para algun coleccionista que está más cerca del acopio que de la discoteca. Asi que cuando digo “tapa” digo “la foto que está arriba de la playlist”.
Se ven dos sillas de Easy, una más ancha (mujer?) y otra más angosta, sin apoyabrazos (hombre?). La del (hombre?) mira a cámara, la otra mira hacia otro lado (otro hombre?). Debajo, un pasto seco. Detrás, unas bananas verdes.
La apuesta por la alegoría es un puntazo a favor. Ahí se nota que es un distinto.
La del disco anterior era un gran tapa también (y un buen título, dicho sea de paso):
Ya con esta buena impresión, vamos por el primer tema.
NUEVAYOL: un grito apagado “nuevayol!” y una sección de vientos salseros nos lleva directo a la NYC de los setentas. Al minuto nomás nombra a Willie Colon en una gran estrofa (que tuve que buscar porque no entendí nada al escucharlo, mucho rey del flow pero hay que tener un decodificador)
Willie Colón, me dicen еl malo, ey
Porque pasan los año' y sigo dando palo'
Vendiеndo disco' como cuadro' Frida Kahlo
Más allá de la ocurrencia de Frida Kahlo (me encanta el link venta de discos - venta de cuadros de Frida Kahlo porque nos lleva a Constantini y el Malba, aunque en realidad sabemos que se refiere a la venta de agendas, remeras y tote bags de Frida Kahlo, no a los cuadros en sí). Pero por otro lado aparece la primera referencia religiosa: el dinero. La vigencia de Willie Colon no es por su mensaje o su música sino por la venta de discos. Eso degrada la obra a un número que por otro lado es muy tierno, porque ya nadie vende discos. Claro que decir “Porque pasan los año' y sigo dando palo' generando reproducciones y likes como cuadro' Frida Kahlo no pega.
La canción viene bien en el ejercicio nostálgico de Siembra pero al final se ve que el productor le dijo “bueno, ahora hacé lo tuyo”, como si la salsa y los vientos no fuera suficiente y se instala una pattern de reggaeton arriba atropellando a los viejos del Bronx, acorralándolos a un segundísimo plano en el estribillo. Despues el conejo decide terminar sin ningún registro sonoro nostálgico: la ultima parte de la canción es el narrador diciendo que la mina está buena y él tambien -lo dice él, no ella- y que él “huele rico y anda con los de 100” y después ya se aburre del idioma. Cierra así:
Lo tiene' que move'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'
Lo tiene' que move'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'
Lo tiene' que move'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'
Lo tiene' que move'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'-ve'
Shh
Todo esto en 3 minutos. Temo que la depresión haya virado a manía.
VOY A LLeVARTE PA PR : reggaeton medio general, salvo unos sonidos de sinthes detrás del lavarropa centrifugando zapatillas que ponen adelante. El narrador, típico del género, se la pasa prometiendo: que la va a llevar a Puerto Rico, que después de él se va a borrar de Tinder. Y cuando no promete, está contando todo lo que hace.
Termina poeta:
Ponte en cuatro, que te vo'a dar fuete
Un track intrascendente. Sólo está para nombrar a Puerto Rico (dice que él sale de ahi, como reggaeton - polémico, para mí se origina en Panamá) , y ni siquiera lo puede poner en el título.
BAILE INoLVIDABLE: arranca con unos sintetizadores de película de Carpenter y letra bajón sobre la finitud de la vida y victimizándose (“si me ven solo y triste no me hablan”). Aparecen unos vientos. Una voz de un señor mayor dice “mientras uno esta vivo uno debe amar lo más que pueda". Pensé que era García Marquez (qué se yo) y resultó ser un tal Jacobo Morales, un actor de Puerto Rico.
La canción dura más de seis minutos y va todo por el tema de añorar a la que se fue. Incluye un solo de piano que suena a una sesión de rehabilitación post acv y una evocación comparativa fáctica: “La nueva mama bien, pero no es tu boquita”.
Se nota que hay un intento de trascendencia o búsqueda de prestigio pero el resultado es un bajón. Y no un bajón copado sino el peor bajón: el que se instala entre el ruido, el que no renuncia a “la fiesta”, el carnaval carioca del casamiento del amor imposible con un gil.
PERFuMITO NUEVO: una voz femenina, Rai Nao (Naomi Ramírez) que dice que “Hoy salí de nuevo, pero ya quiero algo nuevo creo”. Sigue una cuestión de movimientos y miradas. Pura pulsión escópica el reggaeto. El conejo tira un piropo aggiornado: “No parece leo ni escorpio, pa' mí que ella tiene su propio signo”. Y revela algo que es evidente: todos los personajes de estas canciones quieren ser Leo o Escorpio: narcisismo, sexo y muerte.
¿Se preguntan qué es “perfumito”?
Lo dicen ellos a duo:
Dime ya cuándo voy a probar tu perfumito nuevo
La otra ve' no te lo di, mami, sé que te la debo
Pasemos al siguiente.
WELTiTA: la canción de playa tranquila. Otra vez el tema de las promesas: le va dar una vuelta por la playa, le va a “llenar de besitos la carita”.
De golpe aparece la voz femenina (Chuwi, Lorén Aldarondo Torres) que atestigua que “Cuando no estoy en la buena Tú me lleva' a hacer castillo' de arena”. El conejo no se zarpa, se nota que esta chica es más fragil. Le dice que la va a besar “aunque sea de piquito”. Un romántico. Nada de perfumito.
VeLDÁ: acá aparecen otros dos más para cantar a la seducción:
Me diste follow y te di followback
Me diste like y yo te di dos pa'trá'
Toma, al otro día me pusiste en los close friends
Eso es lo que tú quieres, ma
Voy pa'l DM, de espalda, de la'o o de frente
Un reggaeton aburrido que termina en una autobombo dicho por un efecto altoparlante como el de “compro heladera, colchones, compro”.
Dicen mucho que se la pasan mirando “ese culito en interné”. El conflicto es que no saben si todo lo que suponen que ese culo promete es verdad.
A esta altura de la escucha hay que decir que tengo miedo de que esta gente tenga una metástasis de un tumor en el prefrontal o una demencia frontotemporal, pero sigamos.
EL CLúB: arranca como track para la disco, un bombo marcado entre el lamento autotuneado del conejo victimizándose otra vez pensando en la ex.
Al final tienen mil minas para terminar extrañando a una idealizada. En la mitad se vuelve una especie de bachata desarmada y aburrida. Bajonazo mal. El subibaja de este muchacho es tremendo.
Dios, avancemos.
KETU TeCRÉ: otro lavarropa en programa de media carga. Se pone un poquito stalker. Se viene la perimetral.
Anoche a las 2 te llamé y estás hecha una malcriá', ¿qué carajo tú te cree'? (¿Qué carajo tú te cree'?)
Conmigo no, yo fui el que te enseñé, yo fui el que te enseñé
Termina con un mensaje de audio del conejo victimizandose (otra vez)
(es larguísimo el disco, recién voy por la mitad y ya la voz de nene enojado y caprichoso me saturó pero una promesa es una promesa y sigo).
BOKeTE: no es un homenaje a la Ribera. Es una balada de resentimiento. No me decido si cuando el disco se pone oscuro se pone oscuro o se pone aburrido simplemente. Acá después de perderse, quiere meter un bolero, pero se vuelve a perder y vuelve a una balada, después a un puente hablado y vuelta a la oscuridad-aburrimiento.
Lo enganchan con el siguiente
KLOuFRENS: arranca con una pregunta: ¿Cómo diablos vo'a olvidarte si ya te vi sin ropa?
Uno se tienta de decirle que tire las fotos. Es como que todos los conflictos del cantante giran alrededor de un consumo que no le deja nada más que un momento de exhibicionismo o perorata que intenta un autoconvencimiento de que es el mejor (el mas lindo, el que dura mas, el que tiene la pasión) y un llanto con un nivel de reflexión pobrísimo donde se victimiza o directamente culpa a la mina.
Se repite la dinámica de Instagram como la interfaz de estos “amores”.
¿Pero cómo quiere' que me vaya bien?
Si tú no me saca' de los close friends
Un paréntesis.
Hijos de los algoritmos, viven por y para el algoritmo.
El universo simbólico del romanticismo mediatizado por el capitalismo de plataformas (tecnofeudalismo! grita Varoufakis).
Uno se pregunta entonces dónde está lo orgánico. Porque aún en un universo soez y explícito, se le canta a la imagen (el culo, la mecánica del coger, incluso al “perfumito”) pero nunca al cuerpo en sí: el fluido, la decadencia, la enfermedad, el goce real.
En ese universo infantil, cada vez que aparece algo mínimamente orgánico, la angustia se instala y el conejo quiere resolverlo con las mismas herramientas de la imagen y el algoritmo. y falla, claro. Por eso se queda apretando el autotune en vez de buscar su voz.
Fin del paréntesis.
TURiSTA: es la primera vez que aparece una guitarra. Parece que esta vez sí va a hacer un bolero. A pesar del formato, no levanta vuelo la lírica. Una letra descriptiva, un chimento.
Estuvimo' tan cerquita, mirándono' a los ojo'
Dime si viste la pena de mi corazón roto
CAFé CON RON: sale de la reflexión con una canción de coro y percusión y consumos más del siglo xx. Los Pleneros de la Cresta se hacen cargo de toda la canción. El conejo hace algunos comentarios e intenta acomodarse al estilo, algo mucho más interesante que cuando todo lo lleva a su flow. Buen recreo. Está claro que esta canción está puesta porque es un disco larguísimo y no hay que acotar la playlists por el costo de la edición física.
PIToRRO DE COCO: bueno, bueno, parece que al final del disco se animó a lo que prometía de entrada. Mete una rumba y (¿casualidad?) al llanto por la mujer perdida y la queja de que no llama ni le deja un mensaje (y le dice que es mala) se le asocia un consumo clásico (el pitorro de coco parece que es un destilado de la caña de azúcar).
Dentro de todo, puede decir cosas de manera más elegante. El siglo xx le cae mejor.
Feliz Año Nuevo, pero no tan feliz
Te dieron un beso a las 12 y no fui yo quien te lo di
LO QUE LE PASÓ A HAWAii: sigue el “riesgo” musical, metiendo tonalidades clásicas con algún sonido más de sintes o ritmos que acá no molesta.
(veo que estas canciones que más me gustan tienen la mitad de reproducciones en spotify que las de los culos y el ritmo de lavarropas, y eso que a Spotify lo usan los viejos como yo).
EoO: vuelve el perreo, el duo con Tito El bambino (Efraín David Fines Nevares). Un perreo muy clásico igual (suena al primer reggaeton), como si el disco hubiera decidido llevar la nostalgia al sonido.
DtMF: bueno, es lo que viene diciendo desde el principio. Mete el coro con “debí tirar mas fotos”. Quiere estar con el abuelo jugando al dominó pero a la vez evoca las noches de estar “bien loco”.
El titulo, supongo, significa Down to Mind-Fuck, usado para el momento antes o despues de dejar a alguien (fuente: gugleo rápido, puede fallar).
LA MuDANZA: cierra con un flow suelto y después le mete al latin soul.
Se vuelve bastante Residente en este final, por suerte sin las bajadas de linea del paranoico reivindicativo de René.
Hasta acá el disco. No se animó a hacer un disco entero como la segunda mitad, una lástima. La pregunta que siempre surge en estos casos es “¿por qué no ir por todo un cambio?”, un Check Your Head, un Revolver. Quizás es el miedo a perder favs, quizás no le da para mucho más. De hecho la duda de escuchar las partes mas “jugadas” es qué tanto de eso lo hizo el conejo y qué tanto es simplemente el conejo tirando su lírica sexoconsumista, con algunos toques de reflexión fallida producto seguramente de los momentos de depresión y nada más.
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